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domingo, enero 17, 2010

Hay cosas...


Si, yo creo que hay cosas en las que creemos secretamente, como cuando decimos "me cago en Dios" y cuando algo nos da miedo luego luego murmuramos: ay diosito lindo! O quien se jacta de ser ateo pero inconscientemente dice: "dios quiera..."

Yo creo que secretamente he crido en la reencarnación. Y a veces se me figura que estoy actuando esta vida a voluntad, es como si en alguna época, en una especie de limbo este yo frente a una especie de escaparate, o mostrador o algo que me muestre una serie de vidas que he llevado y que llevaré y decida: en esta voy a hacerme el sufrido, y entonces en esta vida me siento el sufrido pero internamente se que no lo soy, pero sin embargo mis manifestaciones de vida son de sufrido. Y todo el sufrimiento me lleva al fracaso aunque yo diga: no, no soy un sufrido pero de pronto me encuentre en la contradicción de: no soy sufrido pero como sufro… Es tonto, hasta yo lo se. Pero esto me lleva a la reflexión de que hay que creer en uno mismo y en lo que es capaz de hacer, y en esa medida mientras me crea lo sufrido que soy aunque sepa que no lo soy, todo se vuelve real.
Por el otro lado, en esto de las contradicciones, a veces estoy en algún lugar y de pronto me viene una sensación extraña y digo: si, acá estuve antes, y comienzo a ver imágenes de lo que sucedió, y con detalles. Lo que sucedió no en años pasados sino en vidas pasadas. Mi papá solía decir que mis hermanos y yo éramos reencarnaciones de no sé qué reyes y no sé qué príncipes y reinas y princesas de no sé dónde. Y la neta yo lo tiraba de a loco. Y actualmente, conscientemente, no creo en la reencarnación. Pero secretamente creo que si creo… Es realmente única esa sensación de poder realmente ver lugares y detalles no actuales, sentir el ambiente de entonces, y realmente ver como estaba el lugar, las personas, sentirse uno presente allí, aunque solo sea la sensación de la presencia, y no sean los detalles de las situaciones, cosa que también ha sucedido pero no en gran medida, es más frecuente el sentir solo estar allí. También se tiene el recuerdo de tomar decisiones, de ir caminando, de pensar, pero no en función de relacionarse con otros, no se si me explique, es extraño, y más bien muy abstracto y por ende difícil de explicar.

Mañana me toca ir a grabar campos de Cuautla ;)
Hace rato me acordé de Jesse Altamirano. Precisamente por estos días hace un año andábamos saliendo. Muy peculiar su forma de contactarme, con el pretexto de necesitarme como actor en un cortometraje. Para que miento y me hago de palabras, la neta es que tiene un encanto el muchacho. Sucedió que llegué a comenzar a sentir algo por el, hasta que el fulanito, como al tercer día de que andábamos, sabrá dios (ven a lo que me refiero?) que se le metió y me hizo un berrinche de la nada y me dejó allí parado en la esquina de la catedral: no es necesario que me lleves a mi casa. Fue lo último que me dijo y se fue. Vagué un ratote por el centro de Cue3rnavaca tratando de pensar en que había hecho, en si debía pedirle disculpas, o también tratando de ver si el estaba loco o que pedo con este guey no? Finalmente lo que si llegué a sentir fue de nuevo este duelo (aunque parezca exagerado) de volver a sentirme solo. Así que terminé sentado en el suelo de la banqueta que eta frente al museo Robert Brady. Me llama por teléfono y me dice: dónde estas? Y a los pocos minutos regresa y me abraza y me pide… nos pedimos perdón haya sido cual fuere la razón del berrinche. Yo si lloré. Pero después de ese día decidí no volver a verlo. Tómalo como quieras, te ofrezco desde que la pinche gente está bien loca, hasta que es un mecanismo de defensa y no quiero volver a sufrir. Quizás una combinación de ambas no crees?

Ayer tuve ensayo para el recital de Toño. Fue en casa de el maestro Joel Almazan.

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